lunes, 24 de septiembre de 2012

DEMASIADO PRONTO PARA DESISTIR




DEMASIADO PRONTO PARA DESISTIR

“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10:39).

Cuando mi familia y yo decidimos salir de Cuba hacia España como misioneros, el presidente de nuestra Organización, el Reverendo Héctor Hunter Writt,  se reunió con nosotros. Tuvimos una grata charla, donde recibimos consejos necesarios entremezclados con vivencias extraordinarias.  Entre anécdotas y oraciones trascurrió aquella velada que quedará en mi memoria por siempre. En la despedida, mientras me estrechaba la mano, me miró a los ojos y me dijo con la vehemencia de un profeta: “Nunca coseches en lágrimas lo que sembraste en fe”. Agradecí el último consejo y me lo traje conmigo al campo de servicio.

He tenido que recurrir a estas palabras en muchas ocasiones, cuando las apreturas propias de los comienzos, las culturas en contraposición y los desafíos del ministerio han amenazado con sobrepasarme. Como cualquier otro soldado he tenido mis dudas sobre si podía ganar cierta batalla y he terminado comprobando que solo persistiendo se puede vencer.  El doctor V. Raydmon Edman solía decir: “Es siempre demasiado pronto para abandonar”. Tenía razón. Solo la audacia humanamente irracional de obedecer a Dios puede llevarnos a alcanzar los logros que por los que antes hemos intercedido.

Martín Lutero escribió: “La fe es una confianza viva y osada en la gracia de Dios”. Si vamos ha realizar algo para Dios es necesario que esa fe esté elevada como un estandarte, como una insignia que defina lo que somos y a quién servimos. No una fe en la fe. No la quimérica idea de que la fe cambiará todo a gusto y capricho del profesante. ¡No! Me refiero a una fe ambidiestra, que sabe aceptar lo malo y lo bueno con igual entereza de carácter. Una fe que duerme entre guijarros y acciona valientemente cuando se le necesita. Una fe en la gracia de Dios, en ese favor divino que nos otorga todas las cosas “según el puro afecto de Su voluntad” (Efesios 1:5).

Los horizontes de Dios parecen alejarse en la medida que avanzamos hacia ellos, pero no es así, solo es un espejismo frecuente que tiene lugar en los desiertos de la vida. No reparemos demasiado en las arenas movedizas, ni descansemos hasta el infinito en los oasis, sigamos avanzando con paso seguro. Las trifulcas espirituales serán frecuentes (Efesios 6:12), los enemigos intentarán anularte solapada y astutamente, y la posibilidad del tropiezo inesperado será un peligro constante. Al fin y al cabo: “La vida cristiana victoriosa”, escribió Alexander Whyte, “es una serie de comienzos”.

La agonía de la incertidumbre no puede hacerte su presa a menos que se lo permitas. No somos los perseguidos, sino los perseguidores. Debemos cultivar una mentalidad de avanzada. Los cristianos son como las avalanchas de nieve, una vez que salen nada las puede parar y arrollan a todo obstáculo que se interponga a su paso. Dígale a una avalancha que se detenga y verá que no lo hará. Los cristianos no deben prestar oídos a las órdenes que contravengan las directrices de Dios.  Vamos adelante “aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar” (Salmos 46:2).

Claudicar no es una opción, no es un camino aceptable para los que han puesto su devoción plena en el Señor Jesucristo. No desestimamos al adversario, ni ignoramos las empinadas colinas, las escarpadas subidas, o los sinuosos senderos. Somos sabedores de todo ello y aun así seguimos adelante con la obstinación de un guerrero que no puede volver a su patria sin luchar hasta la sangre. ¡Ah, la patria!, la morada eternal, allí donde no haber desistido recibirá remunerado consuelo.

Autor: Osmany Cruz Ferrer

¡Guía mis pensamientos!

“En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma” Salmos 94:19

Se suele decir que cada casa es un mundo, que cada familia es un mundo, que cada persona es un mundo, y esto sin dudas es verdad, pero quisiera agregarle algo mas, ¿nuestros pensamientos, no son un mundo? ¡Cuantas son las cosas que podemos encontrar en el! Preocupaciones, recuerdos, sueños, ansiedades, y mucho más!

Cada de una de esas cosas son las que de alguna u otra forma guían nuestra forma de vivir y de sentir, porque como piensas, sientes y como sientes, vives; no cabe duda que nuestros pensamientos gobiernan nuestro andar.
Y a esto quiero hacerme referencia hermanos queridos, ¿que hay dentro de nuestros pensamientos? ¿Que son aquellas cosas que te aquejan y que no te dejan dormir? ¡Yo tengo tantas! Y hasta a veces llegan a angustiarme, me llevan a derramar lágrimas y tal vez las personas que me rodean no logran entender mi situación porque mis pensamientos ya han hecho su nido y no hay forma de soltarlos.
Y al pensar en esto no dejo de maravillarme en el poder que tiene nuestra mente cuando le damos lugar y cuando no dejamos que quien realmente es dueño de nuestro ser domine por completo y las consecuencias son más tristes aun.

Por esto hermano, hermana quiero regalarte este pasaje tan hermoso que ha sido mi refugio en estos tiempos tan difíciles, en donde la mente se convierte nuestro enemigo y en donde todo parece no tener sentido, quiero regalarte miel del cielo y que así como yo puedas entregarle a nuestro Padre toda parte de ti, donde no quepa mas, ni sombra de duda, ni de tristeza ni de preocupación, un pasaje que te hará descansar en sus brazos y encontraras la paz para poder seguir caminando en este mundo convulsionado.

“EN LA MULTITUD DE MIS PENSAMIENTOS DENTRO DE MI, TUS CONSOLACIONES ALEGRABANMI ALMA”      SALMOS 94:19

¡Qué hermoso regalo mi Dios! Saber que ante tanta confusión y desesperación, tú mandas del cielo tu consolación y tomas en tus manos mis angustias y las desvaneces tomando el control de mi vida, dejándome llevar por tu voluntad, donde el fin siempre es bueno.

Que este versículo haga en tu vida un nido de consuelo, entendiendo  que solamente él es nuestro refugio y el Dios de nuestra confianza.
Dios  derrame sobre ti toda su bendición, paz y amor.

Autora: Naty Cardozo

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