»En la antigüedad Dios pasó por
alto la ignorancia de la gente acerca de estas cosas, pero ahora él manda que
todo el mundo en todas partes se arrepienta de sus pecados y vuelva a él.
Pues él ha fijado un día para
juzgar al mundo con justicia por el hombre que él ha designado, y les demostró
a todos quién es ese hombre al levantarlo de los muertos»
Hechos 17: 30 – 31
Pues el Señor mismo descenderá
del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de
trompeta de Dios. Primero, los cristianos que hayan muerto* se levantarán de
sus tumbas. Luego, junto con ellos, nosotros los que aún sigamos vivos sobre la
tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el
aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre.
Así que anímense unos a otros con estas palabras.
1 Tesalonicenses 4: 16 - 18
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